TRABAJO ESPECÍFICO DE LA FUERZA EN EL AGUA PARA UN TRIATLETA


El objetivo del trabajo de fuerza en la piscina será el de mejorar la capacidad de impulsarse en el agua en cada brazada. Entendemos que el triatleta ya ha alcanzado un buen nivel técnico en el gesto, y necesita mejorar su capacidad de propulsión a costa de ganancia de fuerza. La natación nos ofrece una gran gama de ejercicios a realizar, algunos de ellos serían: 

Nado con palas y manoplas: Aumentan la superficie de propulsión de la mano en el agua, obligando al triatleta a una mayor implicación muscular. Lógicamente, la velocidad de nado también será superior. Las palas, además, obligan a realizar una técnica de brazada más correcta, por lo que son igualmente utilizadas en el entrenamiento de la técnica.

Gomas atadas al nadador: El nadador se coloca unos tirantes que van sujetos al borde de la piscina mediante una goma gruesa. El nadador sale a una alta velocidad en dirección al borde opuesto, aumentando la resistencia que realiza la goma conforme se aleja, hasta que la resistencia resulta insalvable. El tipo de fuerza entrenada con este método, así como el metabolismo requerido, no son los más implicados en el triatlón; aunque una sesión bien diseñada podría llegar a trabajar los objetivos de Fuerza Resistencia (muchas repeticiones y escasa recuperación).

Gomas en el agua: El mismo trabajo que se realiza en seco con las gomas, simulando el gesto técnico, puede realizarse dentro del medio acuático.


Cinturón de arrastre o paracaídas de arrastre: Son elementos que el triatleta se sujeta a la cintura y que aumentan la resistencia frontal al avance dentro del medio acuático.


Nado con ropa: Además de ejercer un efecto de aumento de la resistencia al avance, en función del tipo de ropa que lleve, obligará al triatleta a modificar el gesto técnico. En principio no debería interesar al entrenador que el triatleta modifique su patrón de nado, aunque en casos justificados puede entrenarse la técnica con ejercicios de contrastes.  


Nado con cabeza fuera: Se trata de un gesto típico en el triatlón para orientarse en el medio, y en el entrenamiento técnico deberá incluirse para realizarlo con la menor alteración posible de la posición del cuerpo. No obstante, el nado con cabeza fuera provocará el hundimiento del centro de flotación del nadador, y por lo tanto, el aumento de la resistencia frontal. 


Nado contracorriente: No es frecuente contar con este tipo de tecnología, pero los privilegiados que puedan usarla tienen una herramienta más. No debemos olvidar que también puede entrenarse contracorriente en ríos o canales. Antes de diseñar una sesión de este tipo en el medio natural, deberemos tener un control absoluto del terreno y prever zonas de evacuación.


Arrastre de compañeros: Se aumentará exponencialmente la resistencia al avance con el entrenamiento por parejas, en el que uno se sujeta de los tobillos (o los hombros) de su compañero.


Nado con muñequeras o tobilleras lastradas: Fundamentalmente obligarán a prestar una mayor atención en el gesto técnico y un mayor batido de pies para mantener la flotación.  


Banco isocinético, carros inclinados y gomas: No se trata de entrenamientos realizados en el propio medio, pero por su alto grado de similitud los incluyo en este apartado.